Silencio. Escaso movimiento. Miradas perdidas. Pocos sonríen. Ruedas. Parecería tranquilidad, pero es todo lo contrario. Es la angustia contenida. Huele a incomodidad. Pitido de luces aterrador. Ninguno de los visitantes quiere pertenecer al lugar. Es una parte de la vida que preferimos olvidar. No hay palmaditas comprensivas en la espalda, ni palabras de consuelo. Te escupen, simplemente, la realidad.
1 comentario:
Lo siento de veras... ¡Espero que todo vaya bien!
Publicar un comentario
La vida, la vida.