miércoles, 27 de noviembre de 2013

"¿Dónde habré leído yo -pensaba Raskolnikov- aquella frase que se le atribuye a un condenado a muerte una hora antes de la ejecución? ¡Aunque tuviera que vivir en aquella cima escarpada, sobre una roca perdida en medio del océano! ¡Aunque tuviera que pasar de aquella manera toda mi vida, mil años, la eternidad, de pie y en un espacio de pie cuadrado, en la soledad, en las tinieblas, expuesto a la intemperie, preferiría siempre aquella vida a la muerte! ¡Vivir, no importa cómo, pero vivir...! ¡Qué verdad es todo eso, Dios mío! ¡El hombre es cobarde! Y cobarde es también el que se lo llama" agregó al cabo de un instante. 


domingo, 3 de noviembre de 2013