martes, 29 de diciembre de 2009

Oda a la hilaridad II.

''Éramos muy jóvenes, Mike y yo. Estábamos de vacaciones con Interrail y decidimos pasarnos por Suiza para visitar a una alocada amiga. La conocimos en Londres en la escuela de inglés, pues en Suiza se habla alemán, italiano, alemán suizo y francés, todos hablan alemán y al menos otro de esos idiomas, pero curiosamente, no inglés. Bueno, el caso. Se alegró mucho de vernos, y uno de esos días en los que nos enseñó su ciudad, tenía que pasarse por casa de unos amigos, (suizos, claro) y nosotros la acompañamos. Llegamos, entramos, y nos presentó, muy sonriente. Dijo que éramos una pareja de estudiantes, que yo era húngara, que Mike era español, cómo nos conocimos, la típica historia, a qué nos dedicábamos, y cosas así. Cuando ya llevaba un rato hablando, me di cuenta de una cosa. ¡Qué bien entendía el alemán! No recordaba que supiese tanto. Entonces, me fijé en los amigos que nos estaba presentado, y la estaban mirando con los ojos como platos, sin decir ni una sola palabra. Ella seguía cotorreando y yo la seguía entendiendo. De pronto, caí en la cuenta. Estaba presentándonos a sus amigos, sí, hablando, pero en inglés. Cuando terminó, ni sus amigos dijeron ''Encantados.'', ni nosotros tendimos nuestras manos. Nos miramos unos a otros unos segundos. Mike también había caído en la cuenta. Ella nos miraba, un poco extrañada. Y, de repente, todos prorrumpimos en carcajadas. Estuvimos más de cinco minutos por los suelos, llorando de risa, con esos desconocidos que no habíamos visto en nuestras vidas. Fue inolvidable, (se ríe). ''
Testimonio real de Atina.


Ah, las carcajadas.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Oda a la hilaridad.

''La miré, y me reí a carcajadas.''
''Él no pudo reprimir una carcajada.''
''Todos irrumpimos en carcajadas.''

Carcajada. Me encanta esa palabra. Ah, es tan agradable, una carcajada. Difícil de plasmar por escrito (el burdo jajajajaja poco se le acerca).

Reírse a carcajada limpia. ¡Qué placer!


''Ella se sentía muy incómoda. Estaba esperando al autobús, y se había encontrado con ese chico de su clase que no le caía especialmente bien. Tampoco le parecía mala persona, ni estúpido, pero la verdad es que apenas habían hablado nunca, nada más que saludarse, o ''¿Qué nota has sacado?'' o ''¿Qué hay de tarea?'' o cosas por el estilo.


Total, que tampoco tenían ninguna razón para ignorarse, pero tampoco para hablarse, pero para no quedar mal, ella empezó por saludarle. Él había cruzado la carretera delante de sus narices, y sus miradas se habían encontrado en un microinstante, así que ya no podía fingir que no lo había visto. Además, esta perspectiva le parecía un tanto cobarde. Pero, de todas formas, allí estaban, deseando estar en cualquier otro lugar del mundo menos allí, tras haberse medio sonreído y saludado. Los temas banales tipo ''qué rollo, esta profesora, qué tonta'', ''cómo voy en esta asignatura'' o ''qué frío hace'' ya se habían acabado, y tal vez no estaba pasando mucho tiempo, pero a ellos ese silencio se les estaba haciendo eterno.


Como ya he dicho, ella se sentía muy incómoda. Le apetecía hacer lo que siempre hacía, esperar al autobús, ponerse música en su iPod, desconectar, observar a la gente, escuchar conversaciones, o simplemente, sumirse en sus pensamientos. Pero no, allí estaba él, que de hecho ahora le estaba pareciendo realmente estúpido (¿¡a quién se le ocurría fastidiarle ese momento cogiendo justo esa villavesa a esa hora?!), haciendo como que estaba pensando qué decir (bueno, podía ser que realmente estara pensando qué decir). Ya estaba pasando a sentirse molesta, aunque en realidad no habían dicho nada más.


Y de pronto, un señor con prisas pasó junto a ella corriendo y, sin querer, la empujó. Ella, desprevenida como estaba, se tambaleó peligrosamente, nunca llegó a entender cómo demonios, pero se le torció el tobillo derecho y se tambaleó aún más peligrosamente, y, probablemente, aún más ridículamente. Tras un juego de manotazos y bamboleos desesperados por mantener el equilibrio, que se le antojaron interminables, en los que todos los que se encontraban a su alrededor mantenían la expresión de terror por el posible golpetazo que se avecinaba, de pronto, encontró estabilidad y volvió a su posición natural. 


Estaba, ahí, de pie, como si nada hubiera pasado. ''Bueno, he sobrevivido, a pesar de todo.'' Su compañero la miraba de una manera muy extraña. De pronto, ella se vio desde fuera, como bailando samba con el cuerpo lleno de pulgas y borracha, en su macarrónico intento por salvarse de una aparatosa calabazada, y lo comprendió. Se miraron a los ojos, y algo hizo clic. Ambos estallaron en sonoras carcajadas sin poder evitarlo.


Cuando ya no les quedaban lágrimas, y les dolían los músculos de la cara de tanto reír, se volvieron a mirar a los ojos, y sonreían, pero esta vez, de verdad, divertidos, alegres, sinceros.
Ella hoy recuerda ese clic con infinito cariño. No sabe si fue el destino, pero después de muchos clics, y no tantos, surgió otro.




''Ah, las carcajadas.''

sábado, 12 de diciembre de 2009

Una película para olvidar.

Tantas veces comentado, tantas veces experimentado. Aunque sea una película francesa, siempre se sentirá decepcionado tras ver una adaptación al cine de un libro.
Si no es porque los personajes no tienen nada que ver con la dulzura de la novela original, es porque han transformado un lindo cuento en una amarga y pesimista historia.
Se acepta que no puedan incluir todo lo del libro... Pero asesinar rasgos de los protagonistas, momentos cruciales, escenarios inolvidables... Agh. No tiene perdón.


Mi película para olvidar de hoy es El erizo. Obviamente, no merece la pena. Uno sale con tan mal cuerpo de esa grotesca forma de contar uno libro precioso...



La elegancia de la marmota. ¿No es un título más apropiado? Suena a parodia, pero es que prácticamente, esa película lo era. Una parodia de una hermosa Oda a La vida.





El libro es La elegancia del erizo. Merece la pena una y mil veces.



Ps. Por supuesto, la excepción que confirma la regla es El curioso caso de Benjamin Button.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Sonrisas.

Lo leí en un lugar, me gustó, me agradó. Es lindo.

A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final.A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito. Es inefable.Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar, y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga. Y como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algún día te verás explicándoles por qué ya no pueden salir a la calle vestidos de marinerito.Pero hoy no quiero hablar de sueños. Sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca.

Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad. En este último caso, muchos aseguran que dedicarle a alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en el metro. Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras.
Creo recordar haber leído que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario. A partir de ahí, todas las demás. Sonrisas de idiota y sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de medio pelo y hasta en diagonal. El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente. Y es que una variable clave dentro de esta inusual ecuación consiste en el momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental.

Para terminar, matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho. De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda frente a lo gratis que es.


¿Cuántas cálidas sonrisas has dedicado hoy?

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Una ficha técnica. (Un tanto peculiar)

Nombre: Menestes Hórtez
Edad: Irritantemente inadivinable. Obviamente mayor de 16 años, obviamente menor de 30 años. Ninguna otra pista.
Altura: Tipo 1,70 algo más.
Peso: No creo que oscile en lo anormal. (Poco importante)
Cara: Pálida, gafas cuadradas grandes y negras. Ojos oscuros. Pelo largo y oscuro. Con complementos poco comunes: sombreros, gorros... (Oscuros).
Aspecto físico general: Indumentaria estrafalaria (y oscura), algo siniestra.
Halo que la rodea: Misterioso, inexplicable, intrigante, siniestro.
Comportamiento: Definitivamente Raro. Aparece por clase cuando le apetece. Pasa todas las tardes en la misma biblioteca. No habla. No mira. No sonríe. No saluda.
Interrogantes surgidos tras su observación: ¿Tendrá padres?¿Vivirá sola?¿Cómo será su casa?¿Y su habitación?¿Y su diario, si lo tiene?¿Y su móvil?¿Qué pensará?¿Tendrá amigos?¿Y tendrá voz?
Posibles teorías sobre lo que hace en su tiempo libre:
-Conoce un mundo mejor y especial, en otra dimensión, al que sólo ella tiene acceso a través de un portal mágico, en el que tiene su vida, y sus amigos. (Demasiado fantástico)
-Es la hija secreta de una profesora del colegio que no la quiere reconocer, y entre todo el personal docente de éste la cuidan y la tienen por ahí. (Demasiado telenovelesco)
-Es un genio, tiene un cerebro increíble y viene para entretenerse de vez en cuando al colegio. (Demasiado peliculero)
-Simplemente es una tía extraña. (Demasiado poco imaginativo)
Conclusión: Puede que sea mucho menos interesante de lo que aparenta su investigación.

sábado, 31 de octubre de 2009

Chispazo lírico...

Por una mirada, un mundo
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!

martes, 27 de octubre de 2009

¿Soluciones?

¿Morirme? (La cual he repetido varias veces a lo largo de estos días...) Demasiado fácil, ¿no?
Pero aún así no encuentro ninguna mejor...

Es fácil proponer soluciones. Es fácil hallar una solución para Fulano y decirle ''¡Pero hazlo!¡Es lo mejor, créeme!''. ¿Te has parado a pensar en que para Fulano no es nada fácil hacer lo que es lo mejor te creo? Fulano ya sabe que puede que esa sea la solución, pero normalmente no quiere reconocerlo... Porque entonces la tendrá que llevar a cabo. Tarde o temprano, sabe que lo hará, cuando no pueda más.
¿No has sido nunca tú un Fulano?

domingo, 25 de octubre de 2009

Yo...

...tengo miedo.
Siempre tengo miedo, he tenido miedo de tantas cosas...

¿Sabías que cuando dejas atrás tus temores, te sientes libre?
¿Qué harías si no tuvieras miedo?

viernes, 23 de octubre de 2009

Bad day...

Cause you had a bad day, You're taking one down, You sing a sad song just to turn it around, You say you don't know, You tell me don't lie, You work at a smile and you go for a ride... You had a bad day... The camera don't lie, You're coming back down and you really don't mind. You had a bad day... You had a bad day.

Una vez alguien me dijo que esta canción es precisamente para hacer de un bad day un buen
día... Más o menos. :)


La considero realmente aconsejable. ¡Y no es de las que te deja aún más chof! A mí me invita a caminar con paso más rápido, sin arrastrar los pies hacia casa, a observar el entorno maravillándome, a sonreír, a mirar hacia atrás buscando esos ojos azules...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Siendo dramática...

...por doler, me duele hasta el aliento.


Simplemente una especie de angustia se estira, que cae, un nudo, un vacío, un agujero negro... No puedo describirlo más precisamente. Pero me has hecho daño...
¿Quieres que te diga por qué no puedo contarte lo que aún me queda por decirte? ¿Sabes qué? Que yo no quiero decírtelo. No quiero decirte que no puedo porque si lo hago me echaría a llorar y no estoy dispuesta a pasar por eso encima delante de ti una vez más. Gracias. Te veré mañana, supongo.
Eva.

Eva. Eva, Eva, Eva... Una amiga de verdad sabe cómo te sientes con sólo mirarte. Y los hombres nunca quedan contigo a solas simplemente para pasar un buen rato contigo. Siempre tendrán segundas intenciones, o querrán decirte algo, o preguntarte algo, o hablarte sobre tu amiga, o sobre tu amigo, o... ¿qué más da?
Ni ella es amiga, ni él es hombre, ni nada tiene sentido en esta vida. Ya encontrarás a alguien que haga de esta estupidez algo mejor. Olvídalos. Ellos sufrirán sin ti.

Oda al coranzoncito roto de Eva. Basada en hechos reales.

Y hoy en radio patio...

Esos niños (podría decir niñatos, pero me parece demasiado despectivo) de unos doce o trece años que todos los mediodías me encuentro en el autobús de vuelta a casa ya son como viejos amigos míos. Los más íntimos son Javier, Eva, Marta, y a veces Camila e Iranzu se unen al grupo. Al comentar su vida privada y sus ocurrencias de voz en grito, aunque no me interese lo más mínimo que a la chica llamada Marta le gustan mucho los chicos morenos y altos (Como jajajaja -le dice con una miradita cursi, seductora y en la que cualquiera ve sus poco aceptables intenciones al chaval que va con ellas, Javier-.)(Me veo obligada a ponerlo en negrita porque el sonido es realmente fuerte.) o que Eva sea la compañera de la clase mates de ''Javi'' (ya con diminutivo y todo) y que ''La Babas'' (-Jajajaja-.) sea su temible profesora, no tengo más remedio que enterarme de todos estos y más cotilleos apasionantes.

Resulta que Iranzu les cae a todos fatal porque la ponen verde cuando no está, ''es una pesada, asquerosa.'' Y que Camila sólo es amiga de Javi. Están los dos hablando tan felices, y llegan Eva y Marta (ésta última la líder indiscutible de la marabunta de niños que se monta en el autobús, la sssssssssuperamiga de todas y todos, la listamajaguapaperfecta, o al menos es obvio que así se considera a sí misma), y ya Javi se olvida de ella por completo, sólo se acuerda de despedirse. Eva también está en segundo plano ante la todopoderosa Marta.

Yo ya me imaginaba que pasaría algo así. Como Javi es el único chico mono del grupo, tooodas le ríen toooodas las gracias-pensamientos-muecas-bromitas. Y cómo no, Marta lo había fijado el primer día que le vio como su próximo objetivo varonil. Era tan obvio en sus conversaciones...

J. ¡Hola!
M. ¡Hoooolaaa! (muak, muak) Hola, hola, cari...
J. jajaja, soy tu cari.
M. No, espera, tu eras mi... Cómo se dice, esposo no, marido tampoco...
J. jajaja, da igual yo soy tuyo y punto.
E. Bueno, ¿compartirás con las demás, no, Marta? jajaja. Qué risas hoy con La Babas.
J. jajajaja, sí, qué tonta es esa mujer, tendrían que darle el premio Nobel de gilipollas, casi como a Obama.
E y M. ¡jaaaaajajajajajaaajaja!
M. Qué gracioso, cari... ¡Ay por cierto dame tu móvil! ¿Te apuntaré como cari, vale?
(...)
M. Mira, Eva, tengo ya un Mi niño, un Mi peque, un Amante, y ahora un Cari. Es que me gusta poner nombres cariñosos a mis amigos en el móvil, jajaja.
E. Pues yo lo tengo normal...
J. ¡Aah, qué sosa, jajaja!
E. Yo también te quiero... (Saca la lengua).
J. Que nooo, que es broma, que te quiero mucho compañera, jajajaja.
M. Pero yo sé que me quiere más a mí, jajajaja. (Mirada TAN repelente...)
(...)
J. Bueno, chicas, esta es mi parada, ¡hasta mañanaaa!
E. ¡Adiós...!
M. ¡Adiós, cariii!
(se baja)
M. Ya vas a ver, de tanto hacer la broma acabaremos ligando, jajaja
E. ...
M. Ester cariño ¿qué taaaal?
(varía la conversación hacia otra persona, se va del tema, me bajo del autobús).

Era y es tan obvio que a Eva le gusta Javi, y mucho... Y que se lo contó a Marta hace poco, puede que para pararle los pies, pues Javi ya estaba cayendo en sus redes (en realidad lo tenía ya en el saco, me parece), y se notaba que Eva no lo pasaba bien. Me imagino que se lo ha contado porque, no sé si para demostrar lo que es ser ssssuperamiga de Marta, o qué, pero hoy ya he visto a Javi y Marta sentados agarrados ''para seguir con la broma'' y a Eva lo más lejos posible de ellos, sin dirigirles la palabra (sólo al principio a Javi) y echándoles furtivas miradas de vez en cuando. O aunque no se lo haya contado... Su ssssuperamiga ha pasado completamente de ella y de sus sentimientos hacia Javi, aunque a ella no le interese más que por ser, simplemente, un chico (¡y encima mono!) más que llevarse al huerto. Es obvio la clase de persona que es Marta... Pobre Eva... Pero bueno, así aprende que mejor no acercarse a esa clase de personas.

Apuesto que para el final de la semana Javi ya no podrá escapar de la telaraña astutamente tejida por Marta. No sé si Eva se dejará torear o no.

¡Mañana tendré el próximo capítulo de esta trepidante telenovela en vida real! ¡Y gratis!

Si es mejor que la tele...

lunes, 19 de octubre de 2009

Una frase más sensata de lo que pensaba...

Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin
duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.


Oscar Wilde

martes, 13 de octubre de 2009

Hablando...

...se entiende a la gente.
Con madurez, con propiedad, explicando, comunicando. Que conste de emisor, receptor, mensaje, canal.
Expón la verdad, lo que sientes, lo que necesitas, ¡lo mínimo para sentirte bien!
Llegados al punto en el que sientes que descansas en el colegio... ¡Hay que actuar!

¡Ánimo!, lo conseguirás...
...pues hablando se entiende a la gente.

domingo, 11 de octubre de 2009

Hoy he aprendido una cosa.

Dándole tiempo a las cosas, siempre mejoran.

lunes, 5 de octubre de 2009

Sobreviviré por una semana más...

Bueno. Ya está. Ya han pasado siete días, y estoy aquí, a las puertas del conservatorio, una vez más.
¿Por qué no habré decidido morirme ayer?
Siento cada vez más plomo en mis pies En cada escalón me pesan más y más. Siento que ya no puedo elevar una vez más el pie. Deseo quedarme allí para siempre, y no llegar arriba, no llegar arriba, no llegar arriba... O hacerme un esguince el tobillo, y darle como mínimo un poco de lástima, seguro que mi profesor, en el fondo, tiene corazón...
Qué gracioso, resulta que a mi tobillo se le ocurre torcerse escandalosa y ridículamente justo cuando menos me hace gracia. En el último concierto que tuve, me tropecé subiendo las escaleras al estrado... O el otro día, repartiendo unas hojas en clase, patapún. Lo mejor de todo es que no me tropiezo, si no que hago como un amago... Parece que sí... Pero no. Eso sí, hago el doble de ridículo. Seguro que resulta gracioso verme, y me río, pero a veces es bastante... ¡Fastidioso!
Bueno, a lo que iba... Que cuando podrían salvarme de una situación tan extrema como esta, se les ocurre funcionar de maravilla, a mis tobillos. Es cierto que gracias al ''gigántico'' cuerno de chocolate que he engullido para darme ánimos, hoy no estoy tan terriblemente como la semana pasada (menos mal, no mejor)... Pero aún así no reprocharía a mi cuerpo que le entrara la gripe, sarampión, o un simple desmayo...
Oh, oh.
Oigo su voz.
Siento que se acerca a la puerta.
El Holandés Errante va a dar la clase, de la alumna que va antes que yo, por terminada.
Se acerca el momento de mi Juicio Final.
Sólo pido un secillo vahidito... Un mareo...

-Schonk. (Puerta que se abre con decisión)
Aparece la imponente figura que me indica que, a menos que me dé un derrame cerebral, no puedo hacer nada para evitar que comience La Clase.
-Hola...-intento no parecer desilusionada al ver su sano aspecto. ''Parece que hoy tampoco le va a dar un ataque.''
-Ah, hola.
-Había un niño aquí fuera esperando...-''¡Ojalá sea un alumno al que tenga que dar clase, y me diga que no puede ocuparse de mí hoy!''
-¡Oh! ¡Es mi hijo!-murmura la madre que sale del aula tras mi compañera de tortura. Pobrecilla, su madre se empeña en ver su humillación. Yo ya pasé por eso en primero.
-¡Hasta luegoo!- La alumna sale contenta porque ya lo ha pasado, y, comprensiva, me echa una mirada que claramente me dice ¡Suerte, hermana!
-Bueno, adelante.
-Schonk. (Puerta que se cierra con decisión)

''Adiós, mundo cruel.''

miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿Existe el destino?

Se llama Laura, pero la llaman Lor. Hoy está estudiando en su biblioteca preferida de la ciudad, esa que está junto a la sede de la orquesta sinfónica nacional. Le parece tan hermoso estudiar mientras por la ventana se cuelan pases de la obra que se practica en aquel momento. Le parece un ambiente tan tranquilizador... Incluso las matemáticas se le hacen menos pesadas si son acompañadas de una tenue melodía de algún gran compositor. Hoy, precisamente, practican la Pastorale de Beethoven. La sexta. Todas las ventanas están abiertas a causa del sofocante calor, así que los compases de la sinfonía se oyen con toda claridad.
Lor se permite a sí misma unos minutos de total atención a la maravillosa música que sus oídos no pueden evitar escuchar. Cierra los ojos y siente la brisa que juguetea con sus cabellos, parece que al compás de las notas. Siente que, si en efecto existe, eso es la felicidad. Sonríe.
De pronto, un estruendo rompe con su momentánea plenitud. Del susto, casi se cae de la silla (no sabe muy bien cómo). Con reproche, recorre con la vista la sala en la que se encuentra para encontrar al, ya denominado estúpido en su cabeza, causante de aquel repentino (y extremadamente molesto) ruido. Ya está lista para fulminar con la mirada a aquel inculto, torpe, e inepto, que se ha atrevido a interrumpir un momento tan solemne como ése, que es un irrespetuoso, porque, al fin y al cabo, esto es una biblioteca, qué diablos.

''Lo siento de verdad.''
Marrón.

Se ha topado con una mirada marrón que le ha pedido perdón. Sí, la mirada le ha pedido perdón, suplicante. Luego, recoge sus cosas y se marcha rápidamente.
Lor está estupefacta. No le da tiempo a reaccionar. Para cuando lo hace, la mirada ya está lejos para contestar. Estúpida, pero qué cara de tonta se te ha quedado. Se reprocha a sí misma que tal vez su semblante enfadado no haya cambiado a pesar de la clara petición de disculpa que se leía en esa mirada de color marrón caoba.



Ha decidido irse al Gran Parque a meditar, porque necesita relajarse un poco. Va a coger el autobús, pero justo antes de llegar a la parada, éste pasa delante de sus narices. Bueno, ahí enfrente está la Feria del Libro. Pasa cada diez, doce minutos, así que me da tiempo a darme un garbeo por aquí.
En un puestecillo de joyas de la literatura, Lor recuerda lo ocurrido hace unas horas. ''Pobre chico, no tendría que haberle mirado así. Ha sido el impulso, nada más. Se le habían caído los libros sin querer, eso le pasa a cualquiera, no habrá pensado que le odio o algo...'' Se sorprende echando de menos ese par de ojos marrón caoba. No le importaría volverlos a ver... ''Para disculparme, por lo menos.'' Se dice a sí misma que hasta ahora nunca había visto una mirada tan hermosa. El chico era alto, moreno. Seguramente universitario o algo parecido. Tampoco se ha fijado mucho. Supone que, seguramente lleva gafas de vez en cuando, porque estaba entre las cosas que se le habían caído. Cavilando estas cosas, descubre un libro con una pinta estupenda, no muy grande, diseño antiguo y clásico. Le encantan los libros con pinta de tener una pila de años. Se fija en el título y se decide por uno que llevaba tiempo queriendo leer.
-Perdone. Por éste de Unamuno cuánto pide?
-¿Por Del Sentimiento Trágico de la Vida? Mmm... Bueno, creo que lo pone ahí detrás, en lápiz. ¿Es para ti?
-Pues... Sí.
-¿No prefieres algo más liviano? Porque para digerir algo así a tu edad... ¿No prefieres algo de Pío Baroja?
-Eeh... Muchas gracias, pero creo que me quedaré con Miguel.
-¡Bueno, bueno, disfrútalo, jajaja!
Está metiéndose el libro en la mochila.

''Oiga, busco Lo que el viento se llevó. No lo tendrá en versión original...''


Lor se ha quedado estupefacta por segunda vez en un día. ¿Alguien está pidiendo en versión original en inglés uno de sus libros preferidísimos, uno de esos que tanto la han marcado? Y encima, tiene una corazonada. Ella sabe quién lo ha preguntado. Sabe qué par de ojos va a ver, qué mirada la va a atravesar si se da la vuelta...


¿Existe acaso el destino?

martes, 29 de septiembre de 2009

Un chiste interesante.

¿Tienes algún problema con alguien? ¿Crees que esa persona tiene un problema, que es una pesada, que dice estupideces, que descalifica todo lo que tú dices?


Un hombre llama al médico de cabecera de la familia.
-Roberto, soy yo, Justo.
Ah, hola! ¿Qué te cuentas, Justo?
-Pues mira, te llamo porque estoy preocupado por Marta.
-Pero, ¿qué le pasa?
-Se está quedando sorda.
-¡¿Cómo que se está quedando sorda?!
-Sí, de verdad. Necesito que vengas a verla.
-Bueno, la sordera en general no es una cosa repentina ni aguda, así que el
lunes tráemela a la consulta y la miraré.
-Pero, ¿tú crees que podemos esperar hasta el lunes?
-¿Cómo te has dado cuenta de que no oye?
-Pues... porque la llamo y no contesta.
-Mira, puede ser cualquier tontería, como un tapón en el oído. A ver, vamos
a hacer una cosa: vamos a detectar en nivel de sordera de Marta. ¿Dónde estás
tú?
-En la habitación.
-Y ella, ¿dónde está?
-En la cocina.
-De acuerdo, llámala desde ahí.
-¡¡Maaartaaaaaaa...!! No, no me oye.
-Bueno. Acércate a la puerta del dormitorio y grítale desde el
pasillo.
-¡¡Maaaartaaaaaa...!! No, ni caso.
-Espera. No te desesperes. Acércate a ella por el pasillo llamándola para
ver cuándo te oye.
Maaartaaa...! ¡Maaaaaaartaaaa...! ¡¡Maaaaartaaaaaaaaaaaaa...!! No hay
manera. Estoy delante de la cocina y la veo. Está de espaldas cocinando,
pero no me oye. ¡¡Maaartaaaaa...!! No hay manera.
-Acércate más.
El hombre entra en la cocina, se acerca a Marta, le pone una mano en el
hombro y le grita en la oreja:
-¡¡Maaaaaaaartaaaaaaa...!!
La esposa, furiosa, se da la vuelta y le dice:
-¿Qué quieres? ¡¿Qué quieres, qué quieres, qué quiereeeeeeeeeeeeeeeees...?!
¡¡Ya me has llamado como diez veces y diez veces te he contestado ''qué
quieres''!! Cada día estás más sordo, no sé por qué no vas al médico de una
vez...

¿Te has parado a pensar que puede que tengas tú el problema? Yo, muchas veces, no me doy cuenta...


(Chiste extraído de Déjame que te cuente, adaptación)

lunes, 28 de septiembre de 2009

Otra pequeña observación.

Cualquier cosa, por muy pequeña que sea, ¡no puede perderse en una mochila! Aunque a veces demos por irrecuperable dicho objeto, y cuando lo encontramos sentimos un alivio muy reconfortante. ¡Por fin he encontrado la minúscula llave de mi casillero qué pinté de rojo (entre otras cosas, para que destacara más y evitar que pasara lo que creía que había pasado) que había dado por perdida! (Sí, evidentemente, llevaba toda la semana en el bolsillo pequeño de mi talego.)

¡Prueba mortal superada!

Juro que un minuto antes de comenzar, me sentía como si lo que hiciera durante esa clase decidiría si iba a morir o a seguir viviendo.
¡De verdad que no entiendo cómo he podido sobrevivir así tres años! ¡TRES AÑOS! Si es que deseaba que me pasase cualquier cosa, que me diese un ataque, romperme un brazo, torcerme un tobillo, quedarme atascada en el ascensor, que hubiese un coche bomba en la puerta del conservatorio, partirme un dedo, que el piano explotara, cualquier, cualquier cosa antes que tener que ver cómo la puerta se habría, y ver la Figura Imponente del Temible Holandés Errante, entrar en el aula y sentir ese calor sofocante que otros alumnos sudorosos y nerviosos, que han pasado por ella antes que yo, han dejado en el ambiente, sentir cómo los ya existentes retortijones en mi estómago crezcan y tomen las riendas de mi ciclo digestivo de una forma Brutal, y El Grande cierre la puerta y con eso dé por empezada, Irremediablemente Y Sin Que Nada Ni Nadie Pueda Impedirlo, la clase.

Pero tras haber sobrevivido Una Hora Entera bajo su terrible mirada, y sin ningún daño colateral, ¡¡creo que estoy preparada para pasar Cualquier Cosa!!
¡Ya me he quitado el mayor peso de toda la semana!

Y ahora, un importante refrán: Primero el deber, y luego el placer. ¡Allá voy, piano!

sábado, 26 de septiembre de 2009

Hoy.

¿Vas a comerte el mundo?

La vida se mide en momentos.

Y en este momento digamos que inauguro el blog aunque lo creara hace mucho tiempo...
Y a día de hoy, me digo a mí misma... ¿Dónde está esa sensación? De sentir cómo cada célula de tu cuerpo está viva, de que estás en este mundo conscientemente una vez y no más, de que sientes que eres feliz por el simple hecho de Ser Vida. ¡Estoy viva! Y sólo con darme cuenta de ello empequeñecer automáticamente cualquier mal o problema, porque todo son pequeñas piedras que se pueden sacar fácilmente del zapato, qué más dará si estoy viva y estoy aquí por el destino, por suerte, por desgracia o por alguien superior, ¡pero Estoy Aquí y Ahora y voy a aprovecharlo!
Tuve esta sensación, me sentí de esa forma, y pensamientos de esta clase, casi literalmente los mismos, se pasaron por mi cabeza . Tuve esta sensación, tan fuerte que me hizo sentir plena, el día 16 de agosto de 2009.
Lo que ha ido pasando después tras ese día es, digamos, digno de ser borrado del guión. De poner rápidamente: Y fin de la historia. Y punto.
Me gustaría resumir la semana en unas pocas palabras clave: Oscuro. Infantil. Negro. Nudo desatado. Mariposas. Entre otras cosas... Yo me entiendo. Creo.
¿Saben? El once de agosto creí aprender una cosa: Que los sueños se hacen realidad y todo puede ser perfecto. Un día más tarde, puede que dos, me di cuenta de que, efectivamente, se hacen realidad, pero nunca como uno se esperaba. Duele. El día 26 de agosto deseé que aquella estúpida e infantil fantasía no se hubiese hecho realidad. 16 de septiembre: Ojalá no hubiese soñado con esa tontería nunca. ¡Si ya sabías que era una tontería..!
Tendemos a tropezar varias veces con la misma piedra.


''El tiempo pasa muy despacio para los que esperan...''