martes, 25 de septiembre de 2012

Merchad y otras metáforas.

Hola, qué tal. ¿Qué es la vida?
Siempre creí que mi Calisto sería Gilmos. Es cierto que el fue el que más jodió las cosas, y deliberadamente, en realidad tú me das exactamente igual. Pero eres bastante Calisto, hijo de Kohn. Afortunadamente, yo no soy nada Melibea y paso de tu culo, no sé si porque eres imbécil o un soso gilipollas. ¿Qué es la vida? Y todos tus amigos, puf, qué pintaba yo allí, qué pinto yo en ninguna parte. O más bien qué pintabas tú en mi vida. O yo en la mía. O qué pintaba yo en tu privilegiada mente, dónde cabrá. Ya sé qué dos cosas cabían, cerdo. Y qué grotesco cuanto más pienso lo que me tuve que preocupar cuando en realidad eres una especie de Algernon II pero cien mil veces más aburrido y poco interesante. Que ya es decir.
Hoy habéis vuelto todos para atormentarme o qué pasa. Incluido Yolo Estévez, aunque ha sido de  mearse, porque Casper. Y Algernon, sin comentarios. No sé si me has arreglado la vida, o estropeado la década. ¿Qué es la vida? Añadiría la continua ausencia de Hedrenko y Farola, pero ya me tenéis acostumbrada. A veces me jode y todo. Y Gabrovo y compañía, o las Barajas de Cartas; eso ya es de cuadro panorámico con amapolas para guardar en el trastero. Cuadro con el marco lleno de polvo. Y de repente una canción, y descendencia. Y de repente se desinfla el globo.

Pues qué voy a decir, qué voy a decir.

La vida, la vida.

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La vida, la vida.