jueves, 19 de abril de 2012

Favie Aldott Brumali

Madre mía, madre mía. Hay cosas que replantearse. Últimamente, muchas.

Estoy viendo American Beauty. ¿Te acuerdas? Me dijiste mil veces que teníamos que verla. "Hay tiempo." ¿Eso creía? Eso creo con todo lo que dejo para mañana.

No es que te eche de menos, ni tú a mí. Pero fue mucho tiempo, y más el que creíamos que tendríamos por delante. Ese tiempo hizo de nosotros lo que somos ahora. No tengo nada que agradecerte, ni tú a mí. Somos recuerdos. No tengo nada que reprocharte, ni tú a mí. No sabíamos nada. Luego un poquito, y mira cómo acabamos. Lo pasamos muy mal, y lo pasamos muy bien. Perdimos y ganamos. 

Claro, que te conozco muy bien, y todo esto te da igual. En realidad a mí también, aunque no, y lo sabes, ya que me conoces tanto; no me importas y no te importo. Pero he escrito esto. No me importas, pero me sorprende que aunque parezca una eternidad, tú sigues siendo el de siempre, no has cambiado una pizca. Supongo que yo tampoco. 

Por eso me alegro. Me alegro de que te hayas ido, porque es maravilloso para ti, aunque seas el mismo, y lo sabes mejor que yo, y yo sigo aquí, y puede que sea la misma, pero esta mismedad no nos tiene atados ya, y es lo que tiene que ser, y por lo que somos libres, y por lo que agradezco  al universo esta oportunidad. 

1 comentario:

Jon Machalón dijo...

Siempre creemos que habrá tiempo, pero al final todo se resume al presente. "No dejes para mañaana...".

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La vida, la vida.