''Éramos muy jóvenes, Mike y yo. Estábamos de vacaciones con Interrail y decidimos pasarnos por Suiza para visitar a una alocada amiga. La conocimos en Londres en la escuela de inglés, pues en Suiza se habla alemán, italiano, alemán suizo y francés, todos hablan alemán y al menos otro de esos idiomas, pero curiosamente, no inglés. Bueno, el caso. Se alegró mucho de vernos, y uno de esos días en los que nos enseñó su ciudad, tenía que pasarse por casa de unos amigos, (suizos, claro) y nosotros la acompañamos. Llegamos, entramos, y nos presentó, muy sonriente. Dijo que éramos una pareja de estudiantes, que yo era húngara, que Mike era español, cómo nos conocimos, la típica historia, a qué nos dedicábamos, y cosas así. Cuando ya llevaba un rato hablando, me di cuenta de una cosa. ¡Qué bien entendía el alemán! No recordaba que supiese tanto. Entonces, me fijé en los amigos que nos estaba presentado, y la estaban mirando con los ojos como platos, sin decir ni una sola palabra. Ella seguía cotorreando y yo la seguía entendiendo. De pronto, caí en la cuenta. Estaba presentándonos a sus amigos, sí, hablando, pero en inglés. Cuando terminó, ni sus amigos dijeron ''Encantados.'', ni nosotros tendimos nuestras manos. Nos miramos unos a otros unos segundos. Mike también había caído en la cuenta. Ella nos miraba, un poco extrañada. Y, de repente, todos prorrumpimos en carcajadas. Estuvimos más de cinco minutos por los suelos, llorando de risa, con esos desconocidos que no habíamos visto en nuestras vidas. Fue inolvidable, (se ríe). ''
Testimonio real de Atina.
Ah, las carcajadas.
martes, 29 de diciembre de 2009
viernes, 18 de diciembre de 2009
Oda a la hilaridad.
''La miré, y me reí a carcajadas.''
''Él no pudo reprimir una carcajada.''
''Todos irrumpimos en carcajadas.''
Carcajada. Me encanta esa palabra. Ah, es tan agradable, una carcajada. Difícil de plasmar por escrito (el burdo jajajajaja poco se le acerca).
Reírse a carcajada limpia. ¡Qué placer!
''Ella se sentía muy incómoda. Estaba esperando al autobús, y se había encontrado con ese chico de su clase que no le caía especialmente bien. Tampoco le parecía mala persona, ni estúpido, pero la verdad es que apenas habían hablado nunca, nada más que saludarse, o ''¿Qué nota has sacado?'' o ''¿Qué hay de tarea?'' o cosas por el estilo.
Total, que tampoco tenían ninguna razón para ignorarse, pero tampoco para hablarse, pero para no quedar mal, ella empezó por saludarle. Él había cruzado la carretera delante de sus narices, y sus miradas se habían encontrado en un microinstante, así que ya no podía fingir que no lo había visto. Además, esta perspectiva le parecía un tanto cobarde. Pero, de todas formas, allí estaban, deseando estar en cualquier otro lugar del mundo menos allí, tras haberse medio sonreído y saludado. Los temas banales tipo ''qué rollo, esta profesora, qué tonta'', ''cómo voy en esta asignatura'' o ''qué frío hace'' ya se habían acabado, y tal vez no estaba pasando mucho tiempo, pero a ellos ese silencio se les estaba haciendo eterno.
Como ya he dicho, ella se sentía muy incómoda. Le apetecía hacer lo que siempre hacía, esperar al autobús, ponerse música en su iPod, desconectar, observar a la gente, escuchar conversaciones, o simplemente, sumirse en sus pensamientos. Pero no, allí estaba él, que de hecho ahora le estaba pareciendo realmente estúpido (¿¡a quién se le ocurría fastidiarle ese momento cogiendo justo esa villavesa a esa hora?!), haciendo como que estaba pensando qué decir (bueno, podía ser que realmente estara pensando qué decir). Ya estaba pasando a sentirse molesta, aunque en realidad no habían dicho nada más.
Y de pronto, un señor con prisas pasó junto a ella corriendo y, sin querer, la empujó. Ella, desprevenida como estaba, se tambaleó peligrosamente, nunca llegó a entender cómo demonios, pero se le torció el tobillo derecho y se tambaleó aún más peligrosamente, y, probablemente, aún más ridículamente. Tras un juego de manotazos y bamboleos desesperados por mantener el equilibrio, que se le antojaron interminables, en los que todos los que se encontraban a su alrededor mantenían la expresión de terror por el posible golpetazo que se avecinaba, de pronto, encontró estabilidad y volvió a su posición natural.
Estaba, ahí, de pie, como si nada hubiera pasado. ''Bueno, he sobrevivido, a pesar de todo.'' Su compañero la miraba de una manera muy extraña. De pronto, ella se vio desde fuera, como bailando samba con el cuerpo lleno de pulgas y borracha, en su macarrónico intento por salvarse de una aparatosa calabazada, y lo comprendió. Se miraron a los ojos, y algo hizo clic. Ambos estallaron en sonoras carcajadas sin poder evitarlo.
Cuando ya no les quedaban lágrimas, y les dolían los músculos de la cara de tanto reír, se volvieron a mirar a los ojos, y sonreían, pero esta vez, de verdad, divertidos, alegres, sinceros.
Ella hoy recuerda ese clic con infinito cariño. No sabe si fue el destino, pero después de muchos clics, y no tantos, surgió otro.
''Ah, las carcajadas.''
''Él no pudo reprimir una carcajada.''
''Todos irrumpimos en carcajadas.''
Carcajada. Me encanta esa palabra. Ah, es tan agradable, una carcajada. Difícil de plasmar por escrito (el burdo jajajajaja poco se le acerca).
Reírse a carcajada limpia. ¡Qué placer!
''Ella se sentía muy incómoda. Estaba esperando al autobús, y se había encontrado con ese chico de su clase que no le caía especialmente bien. Tampoco le parecía mala persona, ni estúpido, pero la verdad es que apenas habían hablado nunca, nada más que saludarse, o ''¿Qué nota has sacado?'' o ''¿Qué hay de tarea?'' o cosas por el estilo.
Total, que tampoco tenían ninguna razón para ignorarse, pero tampoco para hablarse, pero para no quedar mal, ella empezó por saludarle. Él había cruzado la carretera delante de sus narices, y sus miradas se habían encontrado en un microinstante, así que ya no podía fingir que no lo había visto. Además, esta perspectiva le parecía un tanto cobarde. Pero, de todas formas, allí estaban, deseando estar en cualquier otro lugar del mundo menos allí, tras haberse medio sonreído y saludado. Los temas banales tipo ''qué rollo, esta profesora, qué tonta'', ''cómo voy en esta asignatura'' o ''qué frío hace'' ya se habían acabado, y tal vez no estaba pasando mucho tiempo, pero a ellos ese silencio se les estaba haciendo eterno.
Como ya he dicho, ella se sentía muy incómoda. Le apetecía hacer lo que siempre hacía, esperar al autobús, ponerse música en su iPod, desconectar, observar a la gente, escuchar conversaciones, o simplemente, sumirse en sus pensamientos. Pero no, allí estaba él, que de hecho ahora le estaba pareciendo realmente estúpido (¿¡a quién se le ocurría fastidiarle ese momento cogiendo justo esa villavesa a esa hora?!), haciendo como que estaba pensando qué decir (bueno, podía ser que realmente estara pensando qué decir). Ya estaba pasando a sentirse molesta, aunque en realidad no habían dicho nada más.
Y de pronto, un señor con prisas pasó junto a ella corriendo y, sin querer, la empujó. Ella, desprevenida como estaba, se tambaleó peligrosamente, nunca llegó a entender cómo demonios, pero se le torció el tobillo derecho y se tambaleó aún más peligrosamente, y, probablemente, aún más ridículamente. Tras un juego de manotazos y bamboleos desesperados por mantener el equilibrio, que se le antojaron interminables, en los que todos los que se encontraban a su alrededor mantenían la expresión de terror por el posible golpetazo que se avecinaba, de pronto, encontró estabilidad y volvió a su posición natural.
Estaba, ahí, de pie, como si nada hubiera pasado. ''Bueno, he sobrevivido, a pesar de todo.'' Su compañero la miraba de una manera muy extraña. De pronto, ella se vio desde fuera, como bailando samba con el cuerpo lleno de pulgas y borracha, en su macarrónico intento por salvarse de una aparatosa calabazada, y lo comprendió. Se miraron a los ojos, y algo hizo clic. Ambos estallaron en sonoras carcajadas sin poder evitarlo.
Cuando ya no les quedaban lágrimas, y les dolían los músculos de la cara de tanto reír, se volvieron a mirar a los ojos, y sonreían, pero esta vez, de verdad, divertidos, alegres, sinceros.
Ella hoy recuerda ese clic con infinito cariño. No sabe si fue el destino, pero después de muchos clics, y no tantos, surgió otro.
''Ah, las carcajadas.''
sábado, 12 de diciembre de 2009
Una película para olvidar.
Tantas veces comentado, tantas veces experimentado. Aunque sea una película francesa, siempre se sentirá decepcionado tras ver una adaptación al cine de un libro.
Si no es porque los personajes no tienen nada que ver con la dulzura de la novela original, es porque han transformado un lindo cuento en una amarga y pesimista historia.
Se acepta que no puedan incluir todo lo del libro... Pero asesinar rasgos de los protagonistas, momentos cruciales, escenarios inolvidables... Agh. No tiene perdón.
Mi película para olvidar de hoy es El erizo. Obviamente, no merece la pena. Uno sale con tan mal cuerpo de esa grotesca forma de contar uno libro precioso...

La elegancia de la marmota. ¿No es un título más apropiado? Suena a parodia, pero es que prácticamente, esa película lo era. Una parodia de una hermosa Oda a La vida.
El libro es La elegancia del erizo. Merece la pena una y mil veces.
Ps. Por supuesto, la excepción que confirma la regla es El curioso caso de Benjamin Button.
Si no es porque los personajes no tienen nada que ver con la dulzura de la novela original, es porque han transformado un lindo cuento en una amarga y pesimista historia.
Se acepta que no puedan incluir todo lo del libro... Pero asesinar rasgos de los protagonistas, momentos cruciales, escenarios inolvidables... Agh. No tiene perdón.
Mi película para olvidar de hoy es El erizo. Obviamente, no merece la pena. Uno sale con tan mal cuerpo de esa grotesca forma de contar uno libro precioso...
La elegancia de la marmota. ¿No es un título más apropiado? Suena a parodia, pero es que prácticamente, esa película lo era. Una parodia de una hermosa Oda a La vida.
El libro es La elegancia del erizo. Merece la pena una y mil veces.
Ps. Por supuesto, la excepción que confirma la regla es El curioso caso de Benjamin Button.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Sonrisas.
Lo leí en un lugar, me gustó, me agradó. Es lindo.
A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final.A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito. Es inefable.Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar, y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga. Y como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algún día te verás explicándoles por qué ya no pueden salir a la calle vestidos de marinerito.Pero hoy no quiero hablar de sueños. Sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca.
Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad. En este último caso, muchos aseguran que dedicarle a alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en el metro. Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras.
Creo recordar haber leído que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario. A partir de ahí, todas las demás. Sonrisas de idiota y sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de medio pelo y hasta en diagonal. El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente. Y es que una variable clave dentro de esta inusual ecuación consiste en el momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental.
Para terminar, matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho. De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda frente a lo gratis que es.
¿Cuántas cálidas sonrisas has dedicado hoy?
A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final.A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito. Es inefable.Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar, y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga. Y como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algún día te verás explicándoles por qué ya no pueden salir a la calle vestidos de marinerito.Pero hoy no quiero hablar de sueños. Sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca.
Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad. En este último caso, muchos aseguran que dedicarle a alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en el metro. Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras.
Creo recordar haber leído que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario. A partir de ahí, todas las demás. Sonrisas de idiota y sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de medio pelo y hasta en diagonal. El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente. Y es que una variable clave dentro de esta inusual ecuación consiste en el momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental.
Para terminar, matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho. De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda frente a lo gratis que es.
¿Cuántas cálidas sonrisas has dedicado hoy?
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Una ficha técnica. (Un tanto peculiar)
Nombre: Menestes Hórtez
Edad: Irritantemente inadivinable. Obviamente mayor de 16 años, obviamente menor de 30 años. Ninguna otra pista.
Altura: Tipo 1,70 algo más.
Peso: No creo que oscile en lo anormal. (Poco importante)
Cara: Pálida, gafas cuadradas grandes y negras. Ojos oscuros. Pelo largo y oscuro. Con complementos poco comunes: sombreros, gorros... (Oscuros).
Aspecto físico general: Indumentaria estrafalaria (y oscura), algo siniestra.
Halo que la rodea: Misterioso, inexplicable, intrigante, siniestro.
Comportamiento: Definitivamente Raro. Aparece por clase cuando le apetece. Pasa todas las tardes en la misma biblioteca. No habla. No mira. No sonríe. No saluda.
Interrogantes surgidos tras su observación: ¿Tendrá padres?¿Vivirá sola?¿Cómo será su casa?¿Y su habitación?¿Y su diario, si lo tiene?¿Y su móvil?¿Qué pensará?¿Tendrá amigos?¿Y tendrá voz?
Posibles teorías sobre lo que hace en su tiempo libre:
-Conoce un mundo mejor y especial, en otra dimensión, al que sólo ella tiene acceso a través de un portal mágico, en el que tiene su vida, y sus amigos. (Demasiado fantástico)
-Es la hija secreta de una profesora del colegio que no la quiere reconocer, y entre todo el personal docente de éste la cuidan y la tienen por ahí. (Demasiado telenovelesco)
-Es un genio, tiene un cerebro increíble y viene para entretenerse de vez en cuando al colegio. (Demasiado peliculero)
-Simplemente es una tía extraña. (Demasiado poco imaginativo)
Conclusión: Puede que sea mucho menos interesante de lo que aparenta su investigación.
Edad: Irritantemente inadivinable. Obviamente mayor de 16 años, obviamente menor de 30 años. Ninguna otra pista.
Altura: Tipo 1,70 algo más.
Peso: No creo que oscile en lo anormal. (Poco importante)
Cara: Pálida, gafas cuadradas grandes y negras. Ojos oscuros. Pelo largo y oscuro. Con complementos poco comunes: sombreros, gorros... (Oscuros).
Aspecto físico general: Indumentaria estrafalaria (y oscura), algo siniestra.
Halo que la rodea: Misterioso, inexplicable, intrigante, siniestro.
Comportamiento: Definitivamente Raro. Aparece por clase cuando le apetece. Pasa todas las tardes en la misma biblioteca. No habla. No mira. No sonríe. No saluda.
Interrogantes surgidos tras su observación: ¿Tendrá padres?¿Vivirá sola?¿Cómo será su casa?¿Y su habitación?¿Y su diario, si lo tiene?¿Y su móvil?¿Qué pensará?¿Tendrá amigos?¿Y tendrá voz?
Posibles teorías sobre lo que hace en su tiempo libre:
-Conoce un mundo mejor y especial, en otra dimensión, al que sólo ella tiene acceso a través de un portal mágico, en el que tiene su vida, y sus amigos. (Demasiado fantástico)
-Es la hija secreta de una profesora del colegio que no la quiere reconocer, y entre todo el personal docente de éste la cuidan y la tienen por ahí. (Demasiado telenovelesco)
-Es un genio, tiene un cerebro increíble y viene para entretenerse de vez en cuando al colegio. (Demasiado peliculero)
-Simplemente es una tía extraña. (Demasiado poco imaginativo)
Conclusión: Puede que sea mucho menos interesante de lo que aparenta su investigación.
sábado, 31 de octubre de 2009
Chispazo lírico...
Por una mirada, un mundo
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
martes, 27 de octubre de 2009
¿Soluciones?
¿Morirme? (La cual he repetido varias veces a lo largo de estos días...) Demasiado fácil, ¿no?
Pero aún así no encuentro ninguna mejor...
Es fácil proponer soluciones. Es fácil hallar una solución para Fulano y decirle ''¡Pero hazlo!¡Es lo mejor, créeme!''. ¿Te has parado a pensar en que para Fulano no es nada fácil hacer lo que es lo mejor te creo? Fulano ya sabe que puede que esa sea la solución, pero normalmente no quiere reconocerlo... Porque entonces la tendrá que llevar a cabo. Tarde o temprano, sabe que lo hará, cuando no pueda más.
¿No has sido nunca tú un Fulano?
Pero aún así no encuentro ninguna mejor...
Es fácil proponer soluciones. Es fácil hallar una solución para Fulano y decirle ''¡Pero hazlo!¡Es lo mejor, créeme!''. ¿Te has parado a pensar en que para Fulano no es nada fácil hacer lo que es lo mejor te creo? Fulano ya sabe que puede que esa sea la solución, pero normalmente no quiere reconocerlo... Porque entonces la tendrá que llevar a cabo. Tarde o temprano, sabe que lo hará, cuando no pueda más.
¿No has sido nunca tú un Fulano?
domingo, 25 de octubre de 2009
Yo...
...tengo miedo.
Siempre tengo miedo, he tenido miedo de tantas cosas...
¿Sabías que cuando dejas atrás tus temores, te sientes libre?
¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Siempre tengo miedo, he tenido miedo de tantas cosas...
¿Sabías que cuando dejas atrás tus temores, te sientes libre?
¿Qué harías si no tuvieras miedo?
viernes, 23 de octubre de 2009
Bad day...
Cause you had a bad day, You're taking one down, You sing a sad song just to turn it around, You say you don't know, You tell me don't lie, You work at a smile and you go for a ride... You had a bad day... The camera don't lie, You're coming back down and you really don't mind. You had a bad day... You had a bad day.
Una vez alguien me dijo
que esta canción es precisamente para hacer de un bad day un buen
día... Más o menos. :)
La considero realmente aconsejable. ¡Y no es de las que te deja aún más chof! A mí me invita a caminar con paso más rápido, sin arrastrar los pies hacia casa, a observar el entorno maravillándome, a sonreír, a mirar hacia atrás buscando esos ojos azules...
Una vez alguien me dijo

día... Más o menos. :)
La considero realmente aconsejable. ¡Y no es de las que te deja aún más chof! A mí me invita a caminar con paso más rápido, sin arrastrar los pies hacia casa, a observar el entorno maravillándome, a sonreír, a mirar hacia atrás buscando esos ojos azules...
miércoles, 21 de octubre de 2009
Siendo dramática...
...por doler, me duele hasta el aliento.
Simplemente una especie de angustia se estira, que cae, un nudo, un vacío, un agujero negro... No puedo describirlo más precisamente. Pero me has hecho daño...
¿Quieres que te diga por qué no puedo contarte lo que aún me queda por decirte? ¿Sabes qué? Que yo no quiero decírtelo. No quiero decirte que no puedo porque si lo hago me echaría a llorar y no estoy dispuesta a pasar por eso encima delante de ti una vez más. Gracias. Te veré mañana, supongo.
Eva.
Eva. Eva, Eva, Eva... Una amiga de verdad sabe cómo te sientes con sólo mirarte. Y los hombres nunca quedan contigo a solas simplemente para pasar un buen rato contigo. Siempre tendrán segundas intenciones, o querrán decirte algo, o preguntarte algo, o hablarte sobre tu amiga, o sobre tu amigo, o... ¿qué más da?
Ni ella es amiga, ni él es hombre, ni nada tiene sentido en esta vida. Ya encontrarás a alguien que haga de esta estupidez algo mejor. Olvídalos. Ellos sufrirán sin ti.
Oda al coranzoncito roto de Eva. Basada en hechos reales.